Una Habitación Propia y El Tapiz Amarillo
Primero les voy a dar una breve sinopsis de cada uno, y a continuación les diré por qué ambos libros me parece que convergen a la perfección.
Una Habitación Propia de Virginia Woolf
"Uno no puede pensar bien, amar bien, dormir bien, si no ha comido bien."
Esta es una de las frases más populares del libro, y se refiere a que una mujer necesita estabilidad económica para poder escribir. Y claro, la comida es parte fundamental para poder pensar y generar ideas.
"Una mujer debe tener dinero y una habitación propia si desea escribir ficción."
Muchas mujeres a lo largo de los años, como fue el caso de Jane Austen, tenían que escribir en el comedor o en la sala de estar, privadas del privilegio de poder tener un espacio propio para escribir libremente y sin distracciones. Pero esta frase no sólo se refiere a contar con 4 paredes propias, sino también a la libertad de pensamiento y diálogo, cosas que estaban reservadas exclusivamente a los hombres.
Por otro lado, el hecho de contar con un sustento económico, y tener resueltas las necesidades básicas, permite la generación de ideas y abre paso a la creatividad. Llegados a este punto, Woolf relata una conversación con otra mujer en la que se cuestionan por qué sus madres no fueron capaces de generar dinero, de la misma forma que hacían los hombres. ¿Por qué el hacer dinero sólo estaba reservado a los varones? De no ser por esta diferencia, ellas podrían seguir invirtiendo dicha fortuna y dedicarse a escribir.
"Quizá parezca brutal decir esto, y desde luego es triste tener que decirlo, pero lo rigurosamente cierto es que la teoría de que el genio poético sopla donde le place y tanto entre los pobres como entre los ricos, contiene poca verdad."
Otro cuestionamiento que nos plantea la autora, es que los hombres estaban tan acostumbrados a hablar, escribir y criticar a las mujeres, que cuando éstas lo intentaban hacer, parecían completamente fuera de lugar.
"Posiblemente, cuando el profesor insistía con demasiado énfasis sobre la inferioridad de las mujeres, no era la inferioridad de éstas lo que le preocupaba, sino su propia superioridad."
Finalmente, algo que me gustaría destacar, es una anécdota que nos comparte Woolf, cuando se le prohibe el paso a la biblioteca de la Universidad, a menos de que esté acompañada por un hombre; así como a los jardines y a la iglesia.
Lo anterior, vuelve a resaltar el hecho de que a la mujer se le tenía aprisionada en una burbuja que no le permitía cosechar su educación de la misma forma que se le permitía a los hombres. Y de nuevo, es aquí cuando se muestra la necesidad imperiosa de tener una habitación propia para poder ser libres física y mentalmente.
El Tapiz Amarillo de Charlotte Perkins Gilman
"Supongo que John no habrá estado nervioso en toda su vida. ¡Cómo se ríe de mí por el asunto del papel tapiz!"
"A veces pienso que si tuviera fuerzas para escribir un poco se suavizaría la presión de las ideas, y podría descansar."
"Me ha preparado un cronograma con indicaciones para cada hora del día. John se ocupa de todo, y, por supuesto, yo me siento mezquina y desagradecida por no valorarlo más."
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