Una Habitación Propia y El Tapiz Amarillo

 


¡Hola! El día de hoy les traigo una reseña de dos libros que leí en el mes de enero, y que me parecieron que tenían muchas similitudes entre sí. 

Primero les voy a dar una breve sinopsis de cada uno, y a continuación les diré por qué ambos libros me parece que convergen a la perfección.

Una Habitación Propia de Virginia Woolf 

Foto de Instagram @andyameneyro

Este libro se publicó por vez primera en 1929, y nació gracias a una serie de conferencias que impartió Virgina Woolf, en el Newnham College y en el Girton College; el objetivo de dichas pláticas consistió en que se le pidió a Woolf que hablara sobre el tema de la mujer y la ficción. 

A lo largo de sus reflexiones, Virgina Woolf nos habla del difícil trabajo que ha sido para las mujeres, a lo largo de la historia, abrirse paso en la literatura, y en la vida en general, en un mundo dominado por hombres. 

"Uno no puede pensar bien, amar bien, dormir bien, si no ha comido bien."

Esta es una de las frases más populares del libro, y se refiere a que una mujer necesita estabilidad económica para poder escribir. Y claro, la comida es parte fundamental para poder pensar y generar ideas. 

"Una mujer debe tener dinero y una habitación propia si desea escribir ficción."

Muchas mujeres a lo largo de los años, como fue el caso de Jane Austen, tenían que escribir en el comedor o en la sala de estar, privadas del privilegio de poder tener un espacio propio para escribir libremente y sin distracciones. Pero esta frase no sólo se refiere a contar con 4 paredes propias, sino también a la libertad de pensamiento y diálogo, cosas que estaban reservadas exclusivamente a los hombres.

Por otro lado, el hecho de contar con un sustento económico, y tener resueltas las necesidades básicas, permite la generación de ideas y abre paso a la creatividad. Llegados a este punto, Woolf relata una conversación con otra mujer en la que se cuestionan por qué sus madres no fueron capaces de generar dinero, de la misma forma que hacían los hombres. ¿Por qué el hacer dinero sólo estaba reservado a los varones? De no ser por esta diferencia, ellas podrían seguir invirtiendo dicha fortuna y dedicarse a escribir.

"Quizá parezca brutal decir esto, y desde luego es triste tener que decirlo, pero lo rigurosamente cierto es que la teoría de que el genio poético sopla donde le place y tanto entre los pobres como entre los ricos, contiene poca verdad."

Otro cuestionamiento que nos plantea la autora, es que los hombres estaban tan acostumbrados a hablar, escribir y criticar a las mujeres, que cuando éstas lo intentaban hacer, parecían completamente fuera de lugar. 

"Posiblemente, cuando el profesor insistía con demasiado énfasis sobre la inferioridad de las mujeres, no era la inferioridad de éstas lo que le preocupaba, sino su propia superioridad."

Finalmente, algo que me gustaría destacar, es una anécdota que nos comparte Woolf, cuando se le prohibe el paso a la biblioteca de la Universidad, a menos de que esté acompañada por un hombre; así como a los jardines y a la iglesia.  

Lo anterior, vuelve a resaltar el hecho de que a la mujer se le tenía aprisionada en una burbuja que no le permitía cosechar su educación de la misma forma que se le permitía a los hombres. Y de nuevo, es aquí cuando se muestra la necesidad imperiosa de tener una habitación propia para poder ser libres física y mentalmente.

El Tapiz Amarillo de Charlotte Perkins Gilman



Este libro fue publicado en 1892, y nos relata la historia de una mujer que es enviada a una casa de campo, y es recluida en una habitación lejos de su marido y su bebé. Su esposo, que es médico, le asegura que su "crisis de nervios" se le pasará con el absoluto reposo que tiene que tomar. 

La mujer, lejos de mejorar comienza a empeorar y en un diario que mantiene a escondidas de su marido, relata sus temores, en especial, el pánico y la repugnancia que le ocasiona el papel tapiz amarillo.

No quiero adentrarme en más detalles porque tienen que leer esta gran obra literaria, en la que se plasman los horrores de las mujeres, quienes tenían que hacer cuanto sus maridos dictaban, y quienes se encontraban recluidas tanto física como psicológicamente a causa de estos cánones impuestos por la sociedad. 

Definitivamente esta pequeña narración es espeluznante en muchos sentidos. Aquí te dejo algunas de mis frases favoritas:

"Supongo que John no habrá estado nervioso en toda su vida. ¡Cómo se ríe de mí por el asunto del papel tapiz!"

"A veces pienso que si tuviera fuerzas para escribir un poco se suavizaría la presión de las ideas, y podría descansar."

"Me ha preparado un cronograma con indicaciones para cada hora del día. John se ocupa de todo, y, por supuesto, yo me siento mezquina y desagradecida por no valorarlo más." 

 

Relación entre ambos textos 

Mientras que en el texto de Virginia Woolf se habla de la realidad que seguían viviendo las mujeres en esa época, en el cuento de Charlotte Perkins Gilmann se plasma de manera literal dichos horrores, llevándolo a un extremo, en el que sólo de esa forma, podemos contemplar la atrocidad frente a frente.

Si no has leído estas grandes obras de la literatura, te las recomiendo ampliamente; y aún mejor si puedes leer uno después del otro para encontrar estas analogías.

Espero que estas recomendaciones te hayan gustado, y nos leemos muy pronto. ♥︎

Andrea. ☾
 

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